Entramos ayer en el verano y, aunque alguna vez escribí que los archivos son para el verano, cualquier estación del año es buena para visitar archivos y cualquier tiempo litúrgico es bueno para visitar archivos parroquiales. No hay nada más entretenido que visitar las parroquias sevillanas durante la Cuaresma y la Pascua. En Cuaresma, fue el turno de Castilleja de la Cuesta; ya en Pascua, Peñaflor.
En ambos tiempos litúrgicos, las sacristías de las parroquias sevillanas se encuentran en su máximo esplendor. Cuando visité la parroquia de Santiago, centro neurálgico de Castilleja de la Cuesta y donde se conservan los archivos de las parroquias de Santiago Apóstol y de la Purísima Concepción, hacía un día primaveral y desde el despacho y archivo, un local anexo a la Parroquia, se oían los gritos y los juegos de los niños en la plaza.
De sobra sé que sabéis que el inventario de los archivos parroquiales de Castilleja de la Cuesta se encuentran publicados en el primer tomo del Catálogo de los archivos parroquiales de la Provincia de Sevilla, pero para los que no tengáis a mano esta obra puedo deciros que seis libros recogen los matrimonios celebrados en la parroquia de Santiago entre 1596 y 1904, aunque sólo tienen índice los tres últimos, desde 1851, y que en el libro 2, en mal estado, faltan los matrimonios de los años 1768-1771; en cuanto a los bautismos, otros cuatro libros, todos sin índices, abarcan algo menos de un siglo, entre 1769 y 1851. Habiéndose perdido los tres primeros libros de matrimonios de la parroquia de la Concepción, tan sólo dos libros abarcan más de siglo y medio, desde 1752 a 1906, pero sólo el último medio siglo cuenta con índice; y con los bautismos de esta parroquia sucede lo mismo: sólo tienen índice los libros a partir del año 1851.
En Peñaflor, de nuevo, otro día primaveral; la parroquia rebosaba vida. La eucaristía, con muchos niños y jóvenes, participativa y de más de una hora, se me hizo muy corta, mientras revisaba con mis cuatro ojos los libros sacramentales. Otro pleno al doce. El encargo, realizado para unos colegas catalanes, genealogistas profesionales o genealogistas que ofrecen servicios profesionales, como nos queramos llamar, se saldó satisfactoriamente. Encontré todo lo que iba buscando y alguna sorpresilla. Porque siempre hay unas nupcias de más de nuestros antepasados que solemos desconocer. En el segundo tomo del citado Catálogo encontraréis el inventario de este archivo parroquial, cuyos libros de bautismo comienzan en 1613 y sus índices son más generosos que los de Castilleja. A partir de 1669, los libros incluyen índices y, además, existen índices independientes desde 1828. Los libros de matrimonios arrancan algo más tarde, en 1631, así como el único libro índice existente, desde 1774.