Nos encontramos a comienzos de 1778, doscientos años antes de que naciera un servidor y unos meses antes de que se promulgara el Reglamento de libre comercio que permitiría el comercio directo entre Santander y otros doce puertos españoles con América aunque, desde 1765, Santander ya había sido habilitado para comerciar con las islas del Caribe.Antonio, tocante a la pretensión de azúcar, te escribí semanas hace hicieses prevención y al mismo tiempo te dije me enviases los precios según iban en esa [Reinosa] y de esto parece por la tuya has hecho poco caso pues en Santander no anda más que escaso y con dinero en mano lo poco que hay es menester ir a comprarlo a un inglés que compró todas las pocas cajas que había a D. José Antonio del Mazo y por cajas, con motivo de no tenerlo otro en Santander, lo da a 50 reales la arroba y lo blanco a 60 y esto no es decir que lo da, francamente, sino además de llevarle el dinero, como por amor de Dios, es menester pedírselo.
En ésta [Santander] lo esperan varios para el mes de abril; de la Martinica ha llegado a ésta una fragata muy interesada, a Dios misericordia, cargada de azúcar y cacao, con motivo de no venir a ésta y el temporal haberla arribado a este puerto; no sé las determinaciones que habrá, lo que te puedo decir que con motivo de haberse malogrado dicha fragata, de hacer mucha agua, lo han desembarcado y lo que se averió fue la azúcar, que están desembarcándolo y echándolo en otras; aún no es todo, es lo que cogía de medio abajo del navío; se dice con motivo de haberse hecho ese malogrado se pondrá a remate; el que tenga dinero puede echar pujas; el que no, se puede estar a la mira.
Antonio, confieso que si yo encuentro de ciento o lo menos cincuenta pesos estoy determinado a poner mi arbitrio y caso que lo encuentre ten por noticia que por pronto si me se [sic] ofrece alguna cosa de que me envíes algunos vasos o [sic] otros en dedillos que se me ofrezcan el no negarme al no encontrarlo paciencia para mí ando muy animoso y determinado para fin de quitarme del pupillaje de otros.
Ahora necesito dinero, ya te he escrito y tomado los autos para darlo [sic] calor en lo que corresponda de nuestra parte; cómo saldremos no sé, por empeños de las otras partes [algo se traían entre manos cuando habían tratado de «componer» su genealogía, aunque el asunto no queda del todo claro].
Es cuanto ocurre y pido a Nuestro Señor os guarde muchos años.
Santander, y enero, 26 de 1778.
De corazón, tu hermano José García García.
Hermano Antonio García.
Acompaña a estas líneas el «Plano Segundo de la Ciudad de Santander, Su Darcena y porción de la Costa adjasente que con los Perfiles que le acompañan manifiesta un nuebo Proyecto de Darzena capaz de abrigar Navios y Fragatas de Guerra y un gran número de Embarcaciones de Comercio con la comodidad de aumentar la Ciudad de un Espacio mui Ventajoso por su Extensión i situación sin detrimento de los Edificios que actualmente lo componen», uno de los muchos proyectos ilustrados (y no lo digo por el colorido plano) de la época, y relacionado íntimamente con el contenido de esta carta, fechada en enero de 1778. El plano es de enero de 1780.
Podéis leer las cartas anteriores, aquí, aquí, aquí y aquí.