A comienzos de 1788, Montellano contaba con 588 casas en las que vivían 2410 personas, de las cuales algo más de una tercera parte se encontraban casadas (constan 428 matrimonios), 81 eran viudos y, como suele ser habitual, una mayor proporción de viudas, en número de 120, a los que se sumaban 8 sacerdotes y un clérigo de menores. Cabe suponer que el resto, hasta llegar a esos 2410, debían ser niños y jóvenes. Su recién creado término municipal se extendía a lo largo y ancho de 19.229 fanegas de tierra.
Los primeros quince legajos del Archivo Municipal de Montellano conservan documentación indispensable para el estudio del Antiguo Régimen de esta villa serrana: la serie de actas capitulares arranca en 1788, año en el que esta población recibe la Real carta de exención de la jurisdicción de Morón de la Frontera (conservada en el legajo 7, junto al conocido como “protocolo de Montellano”); y la serie de disposiciones recibidas, con una antigüedad mayor, ya que arranca en 1753, se conserva en los legajos 8 (1753-1792) y siguientes, a razón de dos o tres años por cada legajo, hasta el legajo 15, que cubre casi todo el siglo XIX (1809-1876).
Cuando consulté aquel archivo lo hice buscando documentación sobre bienes comunales, para lo que consulté el legajo 28 (1809-1962) relacionado con el patrimonio de la villa, entre los que se encontraban los “productos de las tierras ganados al duque de Osuna” que, desde 1809 y por Real Orden del Intendente del Reino de Sevilla, pasaron a ser manejados por la Junta de Propios del municipio.
En aquellas visitas, tomé nota de la documentación relacionada con el aprovechamiento forestal de la Sierra de San Pablo y sobre el pósito municipal, conservada, respectivamente, en los legajos 49 (1812-1828) y 50 (1828-1916) y en los legajos 54 (1774-1801) y 55 (1818-1822), y también pude consultar el legajo 17, relacionado con el deslinde del término municipal y el de cañadas, cordeles y veredas, como los expedientes instruidos en 1861 en Puebla de Cazalla sobre las veredas de Ronda, de Buyera, de Juan Jugón, de la Salina, de Cañete, de Herreras, la de Marchena a Ronda o la que salía del Cortijo del Corchuelo y que, pasando por los de Coria y Castilleja, concluía en el término de Osuna.
Por último, y dado que reviste un mayor interés de cara a la investigación genealógica, citaré el legajo 35 en el que se encuentran inventarios y particiones de bienes del último cuarto del siglo XVIII y del primer tercio del siglo XIX, como los de la familia Alcántara, los Capote Romero y los Mesa, de finales del siglo XVIII; la del presbítero D. Miguel Corbacho, entre sus herederos D. Alonso Romero y Doña María Pastora Valdés, Doña Ana, D. Alonso y D. Juan Corbacho, en 1802; D. Antonio Gallardo Oliva, en 1829; o Doña Agustina Vélez, mujer de D. Alejo Rodríguez, entre sus hijos, en 1838; así como los legajos 90-91, con documentación de quintas desde comienzos del siglo XIX; el legajo 218, con repartimientos de las décadas centrales del siglo XIX; el legajo 74, con padrones del último tercio del siglo XIX; o el legajo 63, con expedientes y registros de cementerio, desde 1918.
Todo aquel que necesite investigar en Montellano, podrá descargar tanto el cuadro de clasificación como el inventario de este archivo en el siguiente enlace del Servicio de Archivos Municipales de la Diputación de Sevilla.