Los fondos conservados en el Archivo Municipal de Lora del Río suplen, con creces, la pérdida de los archivos parroquiales y notariales de esta localidad de la vega del Guadalquivir que, a finales del siglo XV, contaba con 736 vecinos y que debió esperar a mediados del siglo XVIII para alcanzar los 850 y a mediados del siglo XIX para superar los 1.100, según el Catastro de Ensenada y el Diccionario de Pascual Madoz, respectivamente.
La serie de actas capitulares conservadas en el Archivo Municipal de Lora del Río es muy completa, dando inicio en 1550, así como las de quintas y padrones que arrancan, respectivamente, en 1600 y 1644 y que cubren todo el siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX; actas y padrones que son sumamente interesantes para el estudio del estamento noble de esta población ya que, por un lado, nos encontramos un cabildo municipal con mitad de oficios que llevaba padrones en los que se hacía constar la distinción de estados, como los de 1719, 1776, 1798 y 1826, entre otros (leg. 109-110 y 226), a lo que hemos de sumar los legajos 876-877, los cuales se encuentran descritos como «pruebas de sangre» en el cuadro de clasificación e inventario del Archivo publicado en el primer número de la colección de Archivos Municipales Sevillanos.
En este auténtico fondo de hidalguías se conservan reales ejecutorias de nobleza a favor de los Almansa (1597), los Márquez Guerra y Juara (1696-1697) o los de la Carrera Ribera (1714); informaciones de legitimidad, hidalguía y limpieza de los Cervantes (1692); traslados de los instrumentos de nobleza pertenecientes a D. José Dávila Ponce de León (1724), D. Gaspar Montero Duque (1733), D. Francisco Casaus y la Fuente (1739), D. José Urruela y Osorio (1760), D. José Matías de Ceballos (1770); o los autos de recibimiento de hijodalgo hechos a D. Juan Antonio Andrade y Montalbo (1743), D. José Sebastián González de Liaña y Garaondo (1763) o D. Fernando de Salamanca y Quincoces (1771), entre otros muchos.
A las tres grandes series citadas anteriormente se suman el Catastro de Ensenada (1755) y sus rectificaciones (1761); los amillaramientos que, desde 1818, también cubren el siglo XIX, y, desde hace más de un año y medio, el Fondo Documental Quintanilla y Casa Marquesal de Carrión de los Céspedes, que ha venido a engrosar la riqueza documental de este archivo durante un período de 15 años gracias a un contrato de comodato con la familia.
Curiosamente, los 24 libros del pre-registro civil (1841-1870) no se encuentran en el Archivo Municipal, como sucede en el resto de municipios en los que se ha conservado (recordemos que el decreto obligaba a los ayuntamientos a llevar este registro, sobre la base de las series sacramentales de las parroquias). Actualmente, estos libros se conservan en el Juzgado de Instrucción núm. 2 de Lora del Río, del que depende el Registro Civil (institución que, como sabemos, nace en 1870, completamente distinta a lo que hemos denominado como pre-registro civil) a pesar de los intentos realizados desde hace una década por nuestro amigo Pepe González Carballo para que se reintegren el Archivo Municipal.
La pérdida de parte de los archivos loreños ha sido aprovechada por historiadores e investigadores locales que han buscado, y hallado, documentación sobre Lora del Río en los más diversos archivos de la geografía española como, por ejemplo, una serie de padrones de finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI en el Archivo de la Casa Ducal de Medinaceli.
Buena muestra de tan destacada labor es la amplia bibliografía disponible, entre la que destacan tanto los artículos publicados en la Revista de Estudios Locales como la obra del ya citado Pepe González Carballo. Con la publicación a finales del año pasado del primer volumen de sus «Familias de Lora del Río con historia (siglos XIII-XVIII)» se cierra un círculo iniciado por su autor a finales de los años 80 con la publicación de su Documentación inédita hallada recientemente en el Archivo Municipal de Lora del Río, en la que ya aportaba interesantísimos datos sobre diversas familias loreñas y, en 2018, con la de una monografía dedicada a la historia y la genealogía de la familia Quintanilla.
Lora del Río cuenta con una nueva obra que viene a engrosar la amplia bibliografía disponible a pesar, como decíamos al comienzo de esta entrada, de que dos de los tres grandes pilares sobre los que se asienta la investigación sobre la historia local y, por ende, la genealogía, se han perdido.