Continúo reseñando, escribiendo y reflexionando sobre obras literarias, autobiografías, memorias… que tienen mucho que ver con la genealogía y la historia familiar. Es el turno de Virtudes (y misterios), de Xesús Fraga, editado por Xordica, Premio de Novela Blanco Amor 2019 y Premio Nacional de Narrativa 2021.
El apartado dedicado a los agradecimientos se abre, no es casual puesto que está ordenado alfabéticamente, con Héctor Abad Faciolince, cuya obra comentamos hace unos meses. Abad se preguntaba entonces cómo sería él de no haberse casado sus padres. Xesús Fraga también lo hace en esta obra: ¿qué habría pasado si sus abuelos no hubiesen emigrado a Venezuela y a Inglaterra? ¿Y si hubiesen cambiado las historias personales de ambos, o de sus padres? Como a Cristina Pato, me han gustado mucho los capítulos dedicados a esta cuestión, titulados ”Exfuturos”, en los que se permite la libertad de imaginar ”posibles existencias que no se lograron”.
Es algo que también me ha hecho preguntarme: ¿qué habría sido de mí si algún antepasado mío hubiese tomado otra decisión? Dando por hecho que yo habría existido en cualquiera de las cuatro realidades paralelas y continuaría formando parte de sus historias familiares, ¿qué habría pasado si mis dos abuelos no hubiesen emigrado?
Y si, como el abuelo de Fraga, que no regresó a Galicia, ¿mi abuelo Fernando, que viajó por primera vez a Argentina hace justo cien años, no hubiese regresado nunca? Con otra abuela paterna y otro padre, yo habría vivido los gobiernos de Alfonsín y Menem durante mi infancia y los gobiernos de los Kirchner y demás en mi temprana edad adulta. Si no hubiese regresado a España, mi abuela María jamás se habría casado con él ni habría terminado en Sevilla y, quiero pensar, habría contraído matrimonio con otro paisano babiano y mi vida, seguramente, habría transcurrido entre Pinos y San Emiliano (León).
¿Y si mi abuelo Pepe no hubiese salido nunca de Laguna de Cameros (La Rioja)? ¿Y si hubiese cambiado su destino? Si pensamos en la diáspora riojana de las primeras décadas del siglo XX, podría haber terminado en cualquier otro punto de la geografía española… o hispanoamericana. ¿Fue una cuestión de estadística? Quiero pensar que también habría hecho vida en el pueblo y yo ahora sería un camerano más, habitante en esa España vaciada.
¿Y qué decir de mi abuela Pura? Mi único antepasado directo, junto con mi padre y un servidor, nacido en Sevilla, pero cuyo árbol genealógico es el que me aporta la mayor variedad geográfica (Córdoba, Jaén, Granada, Valencia, Alicante, Castellón, Zamora, Asturias, Francia…). Si no hubiese conocido a mi abuelo, quiero pensar que a mi madre y a mí nos habría esperado una vida con una mayor movilidad geográfica.
En fin, dejemos de pensar en esas “hipotéticas alternativas biográficas”, y volvamos a este bella obra de historia familiar de Fraga que os recomiendo, y que no sólo nos recuerda a la de Héctor Abad sino también, como algún crítico ha anotado, a la de Natalia Ginzburg, sobre cuya obra, Léxico familiar, escribiré en una próxima entrada.