Con la esperanza de consultar algún día los Archivos Diocesanos de Almería y Guadix, concluyo por el momento la serie dedicada a los archivos diocesanos andaluces que he consultado con unas breves líneas sobre el Archivo Diocesano de Huelva.
Como os comenté el último día del pasado año, algunas de las entradas publicadas sobre diversos archivos diocesanos españoles han vuelto a ser las entradas más leídas en 2019. He escrito sobre los archivos diocesanos andaluces de Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Jerez de la Frontera, Málaga, Sevilla… y, ahora, Huelva.
La Diócesis de Huelva fue erigida en 1953, siendo desmembrado el territorio que abarca, la actual provincia de Huelva, de la archidiócesis de Sevilla, de la que es sufragánea. ¿Qué importancia tiene la erección de la diócesis para la archivística y la genealogía? Pues mucha, puesto que los fondos más antiguos que conforman el Archivo Diocesano de Huelva, fueron transferidos desde el Archivo General del Arzobispado de Sevilla en la segunda mitad del siglo XX.
Tal y como recoge la propia página web del Archivo, sin actualizar desde hace casi una década, «la documentación antigua, procedente de Sevilla, se encuentra en el depósito denominado Archivo Histórico”, siendo la de mayor interés para el genealogista ya que en ella se encuentran las 536 cajas de expedientes matrimoniales apostólicos de las parroquias de su actual diócesis.
Como ya os he comentado anteriormente, los expedientes ordinarios, es decir, sin dispensa por consanguinidad o afinidad, se conservan, todavía hoy, al encontrarse entremezclados junto a los del resto de parroquias de la antigua archidiócesis sevillana, en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla.
Se pueden encontrar en este archivo, por tanto, expedientes matrimoniales únicamente apostólicos, desde Almonte hasta Zufre, y la forma de localizarlos es similar a la del Archivo General del Arzobispado de Sevilla ya que el archivo onubense cuenta con los índices manuscritos elaborados en Sevilla durante los siglos XVIII y XIX de cada una de las poblaciones de su actual diócesis. Una vez localizado, se puede solicitar el legajo correspondiente.
Razones, archivísticas o no, tendrá la Iglesia para ello pero, sinceramente, no entiendo por qué no se pueden consultar los índices manuscritos de los expedientes matrimoniales apostólicos en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla para luego, en caso de localizar un expediente, acceder a su consulta directa en Huelva o solicitar su reproducción.
En una de las ocasiones que visité este archivo me crucé (porque no era el objeto de mi investigación) con el curioso expediente de Alonso de Herrera y Beatriz Rodríguez, vecinos de Ayamonte en 1591 y a quienes «cierto error de pluma» les produjo no pocos quebraderos de cabeza para obtener dispensa en segundo grado de afinidad (ella era prima hermana de su futuro marido).
Resumiendo: los futuros contrayentes alegaron que estaban impedidos para contraer matrimonio no sólo por el citado grado de afinidad sino también «por haber habido cópula consumada» pero en la cancillería papal «vino cierto error de pluma, conviene a saber, que donde había de decir en ‘segundo grado de afinidad’ dice ‘en segundo grado de consanguinidad’ y nosotros no somos parientes en grado de consanguinidad en ninguna manera, y yo fui a Roma a negociar la dicha dispensación, y allí estuve muchos días, y está claro que no había de ir con tanto riesgo y costa tan lejos fuera de estos reinos a negociar dispensación del impedimento que no había, y sería grande escándalo ir a Roma a averiguar la narrativa de la súplica (…)«.
Para terminar, revisten especial interés para la investigación genealógica, las secciones Justicia y Gobierno, y la de Capellanías, cuyos “datos personales certificados son de interés para genealogistas”.