Sabía que existía el “turismo religioso” pero, hace unas semanas, leí por primera vez, en un tweet de Anabella Barroso, directora del Archivo Histórico Eclesiástico de Bizkaia, que existe también el “turismo parroquial”. Y, por lo que se ve, es lo que ha estado haciendo un servidor durante este mes de julio en Sevilla.
Porque los genealogistas hacemos mucho “turismo parroquial”: como podéis imaginar, visitamos muchas parroquias, casas parroquiales y todo tipo de templos, conocemos muchas sacristías, despachos, criptas y cementerios parroquiales, vivimos los distintos tiempos litúrgicos y festividades religiosas del año desde los archivos… Basta recordar las entradas en las que os he hablado de las cubiertas de la Catedral de Jaén, del hilo musical de la Catedral de Málaga o de la vida que rebosan las parroquias sevillanas en primavera, como las de Castilleja de la Cuesta y Peñaflor.
Pero ayer, en la víspera del día del Apóstol Santiago, que hoy se celebra, estuve investigando en la parroquia dedicada a nuestro santo patrón en la sevillana villa de Utrera. El altar mayor, dispuesto para la festividad de hoy, se encontraba también preparado para celebrar una boda. Comenzó la boda y mi trabajo se vio amenizado por la música en directo de un cuarteto de cuerda que interpretaron, entre otras piezas, el Canon de Pachelbel (o de quien quiera que sea, aquí os lo explica Jaime Altozano) o el Hallelujah de Leonard Cohen.
Pero a lo que voy, que yo he venido a hablar de archivos y genealogía. El inventario de este archivo, conservado en una estantería metálica en el despacho anexo a la sacristía de la parroquia, se encuentra publicado en el segundo tomo del Catálogo de los archivos parroquiales de la provincia de Sevilla.
La serie de bautismos se inicia en el segundo tercio del siglo XVI e, imagino, ya habrá superado el centenar de libros al llegar al siglo XXI (eran 94 libros, desde 1539 hasta 1988) más una docena de libros-índice. La serie de matrimonios se inicia unos años más tarde, en 1563, y también cuenta con un par de libros-índices que cubren los siglos XVI, XVII y XVIII (1563-1805) y los siglos XIX y XX (1806-1952). La serie de defunciones, como suele ser habitual, se inicia mucho más tarde, en este caso, en 1620, y también cuenta con un libro-índice para sus dos primeros siglos de existencia (1602-1829) y otros tantos que cubren diversas cronologías. El inventario del archivo no hace referencia a expedientes matrimoniales que, como sabéis, se encuentran en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla.
Destacan, entre los fondos de este archivo, los libros de confirmaciones, que comienzan en 1660, y los libros-índice de los libros sacramentales elaborados a finales del siglo XIX por el utrerano Juan Antonio de Hita y Jiménez, que complementan a los ya citados de bautismos, matrimonios y defunciones.
La colección documental de Hita y Jiménez se encuentra repartida entre el archivo parroquial de Santiago, como hemos visto, y el Archivo Municipal de Utrera y digitalizada por FamilySearch por lo que en esta web, si queremos completar la investigación realizada en la parroquia de Santiago, podremos consultar los índices de las tres series sacramentales de la Parroquia de Santa María de la Mesa, además de documentación de interés genealógico de ambas parroquias. Pero, insisto, no encontraremos en ella los índices de la de Santiago, a donde hay que acudir personalmente para realizar la investigación.
Y mañana, festividad de San Joaquín y Santa Ana, más turismo parroquial… digo más genealogía y archivos: el Archivo Parroquial de Santa María Magdalena de Dos Hermanas.