Cerrando uno de los dos extremos de la milla de oro de los archivos sevillanos nos encontramos juntos en el mismo edificio de los antiguos juzgados de Sevilla, pero no revueltos, el Archivo Histórico Provincial y el Archivo Municipal. En el otro extremo, formando parte del conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad y junto al Archivo General del Arzobispado de Sevilla y del Archivo General de Indias, el Archivo del Real Alcázar de Sevilla.
Como se indica en su página web, este archivo, que forma parte de la red de archivos de Patrimonio Nacional, conserva la documentación generada como consecuencia de la administración y el gobierno del Patrimonio Real en la ciudad de Sevilla y su Alcázar, desde el reinado de los Reyes Católicos hasta 1931.
En tanto que el objetivo principal era administrar el patrimonio real, la serie de rentas y patrimonio es una de las más destacadas. No obstante, por lo que pude consultar, los legajos de esta serie, al menos para los siglos XVIII y XIX, tenían fechas extremas muy variadas y, en algunos casos, muy amplias: leg. 96 (1778-1808), 99 (1617-1834), 101 (1542-1846), etc…
Además de la documentación sobre fincas rústicas (leg. 416-420) y apeos y deslindes (leg. 496-497, 531-534, 867), me interesaba especialmente la dedicada al Palacio y Bosque del Lomo del Grullo, hoy conocido como Coto del Rey, en Doñana, para estudiar las posibles relaciones entre la administración de este pabellón de caza dependiente del Alcázar sevillano y la Nueva Población del Rocío, su colonia vecina desde 1789. Había documentación sobre rentas (leg. 130 y 180), personal (leg. 538), obras (leg. 541-544), visitas (leg. 558, 561-565, 567-568…), censos (leg. 864-865) y correspondencia (leg. 578-586) y alguna cosilla sobre aquel proyecto ilustrado «cuyos primeros colonos fueron de Bollullos del Condado, dos de Almonte y cuatro serranos, que fue a lo que ascendió el vecindario de dicha colonia; a estos se les daba a su entrada sus casas de paja, hechas a toda costa después en sitio más alto, por causa de las continuas calenturas que padecían, se construyeron de material, más una o dos vacas, una mula, dos puercos para cría, gallinas, caldera y demás ajuar de casa, trigo, aceite y otros avíos, a proporción de la familia que cada uno tenían, y treinta reales mensualmente (…)» (leg. 570, exp. 8).
Sobre el Coto Real del Lomo del Grullo existía un interesante artículo de María José Fitz y María Zuloaga pero sobre la nueva colonia del Rocío apenas había nada publicado en aquel momento. A día de hoy, este proyecto ilustrado cuenta con una monografía, junto a Guzmanópolis, fruto de la tesis doctoral de Domingo Muñoz Bort, aunque no se cita este archivo entre sus fuentes.
Volviendo a este archivo, la serie que puede resultar de mayor interés para los genealogistas es la de Personal, aunque también, en un momento dado, las de correspondencia, obras (en el propio Alcázar), instituciones (la relación con las academias de Bellas Artes y Buenas Letras, o los teatros sevillanos) y beneficiencia y culto (como el Hospital Real y la Capilla Real, cuyo inventario de expedientes de limpiezas de sangre, conservados en la Institución Colombina, que no hay que confundir con los de la Catedral, se encuentran publicados en un artículo en la revista Isidorianum en el año 2000 y una addenda publicada al año siguiente en la misma revista).
Entre los archivos municipal y provincial y el Archivo de los Reales Alcázares, o en sus inmediaciones, nos encontramos el Archivo Ducal de Medinaceli o los archivos de las citadas academias, como el de la Real Academia de Medicina y Cirugía. Lejos quedaron los que otrora formaron parte de aquella auténtica milla y mina de oro para los investigadores, sevillanos y no sevillanos: el Archivo Histórico de la Universidad de Sevilla, hoy en Eritaña y al que se puede llegar tras un paseo por el Parque de María Luisa, prolongación natural de aquella veta archivística; y el Archivo General de Andalucía, hoy en el Pabellón del Futuro de la Isla de la Cartuja, sobre el que escribiré más adelante.